Ramón Aristegui: alias el Beto.
Una niña de 8 años va de la mano con su nuevo “padre” hacia la guardería de AEBU y al pasar por el teatro Solís, ve a un policía y le dice a Pepe del peligro de…y cruzan la calle.
El es bancario, oriundo de Canelones. Su amigo el Beto esta buscado y en la más profunda clandestinidad. Tiene que aprender rápidamente a convivir con una situación poco común, y menos para una niña de apenas 8 años.
José Bruzzone y el Beto se conocen del trabajo clandestino en Canelones. Pepe se afilió a fines de 1972 y a los pocos meses empezó a realizar trabajo clandestino en San Ramón y Santa Rosa, donde trabajaba en un banco. Además recorría los balnearios de la costa canaria. Reuniéndose con las agrupaciones, repartiendo propaganda, haciendo finanzas…en fin, militando.
En 1973 trabajaba junto al Toto Rossi. Los golpes al Partido fueron durísimos y en Canelones en particular. Había que asumir cada vez más responsabilidades.
El Beto, nacido en Mercedes el 20 de agosto de 1942 había sido dirigente del sindicato de la construcción y en el 69 ya era miembro del Comité Central de la Juventud Comunista. En los 77-79 era dirigente del secretariado del comité departamental del Partido en Canelones, junto con Aníbal Balbi y el Prof. Rodríguez de la UTU.
Pepe se recorría todo, tejiendo las organizaciones de base que conectaban al partido con la gente. Usaba el tren desde San Ramón para ver a las compañeras y compañeros, corría 4 kilómetros, viendo si lo seguían o no, hacía lo que tenía que hacer y volvía en ferrocarril. “Yo trabajaba en un banco en Santa Rosa…luego más adelante cuando me vine a Montevideo atendía Santa Rosa y varias agrupaciones de los balnearios. Esto en los años 75, 76 y 77…cuando trabajaba con Omar Paitta…Cuando nos golpearon fuerte en esos años, mucha gente quedó sin contacto con el Partido, y nosotros retomamos el mismo y empezamos a hacer finanzas, en un momento muy difícil para muchos compañeros.”
Vino a Montevideo y pasó a militar en el Regional 1 junto a Esteban Nuñez, Victor Vila y el negro Félix Ortiz, que era el secretario del regional.”Participé con otros compañeros del trabajo de las agrupaciones en bancarios.”
-¿O sea que conociste a Omar Paitta?
“Omar es un hermano, más que un hermano; la primera vez que lo presenté en casa a mi compañera, ella de entrada le dijo, tenés cara de Alberto. Y Omar con la rapidez que lo caracterizaba, dijo claro, yo soy el Beto. Y le quedó el alias.”
Pepe está casado con Marta Córdoba, la misma del relato. Tiene una hija de 22 años, Valentina.
Las casas y las leyendas.
Pepe fue bancario, tiene 59 años; cuando el triunfo del NO tenía 29. Fue aprendiendo el oficio del trabajo clandestino. Maestros no le faltaron. Se especializó en alquilar casas para los que no podían hacerlo…
José entre otras…atendía (políticamente) por separado a una pareja. Ella se ocupaba de organizar agrupaciones y comité del Frente Amplio. Y él si bien no estaba afiliado entre otras cosas colaboraba en el alquiler de las casas. Ariel Arce, llegó hasta dar clases de guitarra en una de la casas para que la cobertura o leyenda, protegiera mejor a Victor.
“Te la hago corta. Conseguimos una casa que reunía todas las condiciones para que viviera Omar, pero tenía que figurar otro. Alquilamos la casa con el “zurdo”, que en realidad era para el Beto y tuve que pagar 1000 dólares en garantía y decirles a los inquilinos que yo tenía un tío, o sea mi tía estaba casada con un Aristegui (lo que era verdad), y tenían tres hijos (también verdad), que estaban en EEUU y que había llegado al país uno de mis primos…Ramón Aristegui, en verdad Omar Paitta, alias el Beto. O sea que lo de Ramón Arostegui fue un seudónimo de cobertura para poder alquilar.
Después a pesar de que teníamos responsabilidades distintas nos seguíamos frecuentando las familias. Yo seguí llevando a la guardería a la hija de mi hermano Omar Paitta, que los milicos mataron en La Tablada, en setiembre de 1981. En casa era…mejor que te cuente Marta, lo del cheque.
Mirá que ella no es creyente, no es católica, ni nada que se le parezca, pero…”Cuenta Marta que había cobrado el sueldo en un cheque y que por un descuido lo perdió. Entró en la desesperación lógica, y serró los ojos como quien implora a algo superior. Pero dado el respeto y admiración que sentía por el Beto, pensó en él. Y…miró hacia un costado sobre la cuneta, estaba el cheque apenas mojado en un borde. ¡Increíble!
¡Cómo me cagaste, cómo me cagaste!
Omar Paitta que a determinada altura pasa a dirigir el regional 3 del Partido Comunista, le da a Pepe un papelito envuelto chiquito con la seña y contraseña para que se produzca el encuentro en la calle Rivadavia, entre San Martín y General Flores, a las 9 de la mañana, entre el Negro Félix Ortiz y José Bruzzone (ambos no se conocían).
Se prepara, había venido de vacaciones del Brasil y como hacía mucho calor se vistió con bermudas y ropa bien veraniega y empieza a caminar por Rivadavia. Tenía que llevar el diario El Día. Félix sabía que se iba a encontrar con un bancario que llevaría El Día bajo el brazo y conocía lo que tenía que responder en ese encuentro. Además Ortiz tenía que llevar una Revista de Selecciones Readers Digest.
Como a Félix le dijeron que se iba a encontrar con un bancario, se vistió para la ocasión, se puso saco y corbata y entró a caminar en sentido contrario a José, por la calle Rivadavia, desde General Flores hacia San Martín, con la Revista bajo el brazo.
Se ven a la distancia pero dos cosas no cierran. Pepe no pudo comprar el diario porque era el día de descanso de los canillas, y los diarios no se vendían y además no se parecía en nada a un bancario, por la forma de ir vestido. Se cruzan y José le pregunta en forma correcta la pregunta convenida…el negro Félix…hace una pausa porque piensa que lo cantaron…pero igual contesta la contraseña…y Pepe replica con la parte de él convenida. Félix convencido que cayó en una celada le dice: “¡me cagaste…mirá como vengo a caer, la quedé, la quedé…,Esperá, mirá que no pude comprar el diario…,Cómo me cagaste hijo de puta…,convencido que lo tenían cercado. No podía creer que a él que se les había escapado varias veces, lo agarraran de esa manera, no tenía consuelo y no escuchaba las explicaciones.
Se subieron a un ómnibus y fueron hasta la casa de Pepe, para seguir el encuentro. Y Félix durante todo el viaje decía; cómo me cagaste, como fui tan gil y no respetar las normas de seguridad.” Seguía convencido que le habían hecho una trampa y que iba derechito a una casa de los servicios de inteligencia.
Llegaron, entraron a la casa, pero resulta que estaban solos, y le seguía diciendo cómo me cagaste, cómo me cagaste… Después de un buen rato donde Pepe le explica el porqué iba vestido como…llega Marta que supone que el Negro es un compañero y le da un beso con la mayor naturalidad y le pregunta si quiere tomar una Coca con un refuerzo de mortadela, compañero. Y ahí le cambia la cara y se da cuenta que no es una ratonera y les dice: “a mi me encantan los refuerzos de mortadela, si que los acompaño…”
Así fue el primer encuentro con el que era el secretario del Partido Comunista de todo Montevideo en la clandestinidad.
Un verdadero maestro del trabajo conspirativo. Buscado y odiado por los servicios represivos. Uno de los mejores discípulos de los camaradas portugueses. Asesinado y desaparecido en setiembre de 1981.
El negro le dio cursos del trabajo clandestino, a Pepe, abajo del viaducto en un boliche. Entre otras máximas, le decía que el revolucionario clandestino siempre tiene que andar con plata. A él le pasó una vez(a Félix), que lo detienen en una pinza en la calle y que él le dijo al milico que no le hiciera perder el tiempo, que tenía un negocio que hacer y ahí mismo con la mayor naturalidad, tuvo una gentileza monetaria…que le salvó de no caer preso.
Yo lo vi, yo lo vi.
Sobre el 1º de mayo de 1980 José es categórico. Fue lo que preparó el triunfo del NO en noviembre. Relata el paro de 5 minutos en todos los bancos. ¿Pero no fueron 15 minutos? Si y no. Era parar 5 minutos a una hora determinada y no realizar ninguna tarea, estando todos parados durante 5 minutos en su lugar de trabajo. Fue impresionante el grado de adhesión y la repercusión que tuvo en los clientes. La gente iba de un banco a otro y decía: ¡hay paro!... en el Comercial, en el banco Litoral, en el BROU,…recuerdo a un cliente que gritaba yo lo vi, yo lo vi, hubo un paro…
El NO y la Carta 102.
Sobre el posible resultado del plebiscito del 80 ambos, José Bruzzone y Félix Ortiz estaban convencidos que se ganaba, salvo que hubiera un fraude. Tanto fue así, que quedaron de verse para festejar el triunfo, al otro día el lunes 1º de diciembre de 1980. Se vieron al otro día del triunfo del NO. Y Félix le dijo: ¡ojo! Con lo que se viene que el tigre herido es muy peligroso.
Y efectivamente, la represión fue de nuevo durísima. En junio de 1981 cae el secretario del Partido en la clandestinidad y la imprenta de la calle Patria 515.
En medio de la represión, El Negro le da las matrices electrónicas para imprimir la Carta Nº 102, para que se tire en AEBU. Pepe rompiendo la compartimentación, habla con Sapico, que había estado en el Penal de Libertad hasta 1977, para tirar la Carta. El flaco que ni se imaginaba la responsabilidad que tenía José, la imprime en las primeras horas de la madrugada, sin que nadie más lo sepa. Son tantas los ejemplares que se tienen que hacer 5 paquetes. Dos los saca José. Los restantes entre él y Marta su compañera.
Irma.
La conversación deriva hacia el Regional 1, donde militaron juntos Pepe y Félix. Viene al caso porque en esta entrevista está Gustavo Alsina. Ivonne Klinger, su compañera, quedó en lugar de Félix Ortiz en el Regional 1, cuando pasa a ser el secretario departamental de Montevideo. Ivonne, que era Irma en la clandestinidad, iba al encuentro de la casa de José en 25 de mayo, y casualmente iba a despedirse de Pepe, el Negro Félix. Entonces el Negro siempre bien empilchado, la agarra del brazo como si fueran marido y mujer y entran a la casa sin llamar la atención.
Estábamos preparando la marcha de la sonrisa para fines de noviembre de 1981, cuando me toca caer e ir preso luego hasta 1985 al penal de Libertad.
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