lunes, 11 de octubre de 2010

Como dice Beatriz Martinez:

En condiciones de una dictadura fascista la propaganda es muy importante, pasa a ser una forma de lucha fundamental. Así como los poetas dicen que la poesía es un arma cargada de futuro, un volante es un arma cargado de futuro.

Para que haya propaganda, tiene que haber plata; hay que comprar las hojas, la tinta, hacer los planograf (me muestra un original de la clandestinidad, que explica como se hace un planograf), tiene que haber gente que compre sin despertar sospechas, quien luego imprima y reparta la propaganda fábrica por fábrica. O sea que detrás del volante estaban decenas de compañeros y compañeras, los que juntaban la plata, compraban las hojas, luego los que imprimían, los que repartían, el que te vendían las hojas, que también se arriesgaban. Aún falta un reconocimiento a toda esa gente. (ver Testimonios)

Claudia Álvarez:

Claro, porque eran matrices que eran mucho más duras que las comunes; tienen más resistencia y sacas mejor definición al imprimir. Se podía usar en un mimeógrafo o en un planograf que nosotros teníamos por cientos. No se si ustedes se acuerdan que allá por los años 76 y 77 se redistribuyeron por todos lados por parte de la UJC y del Partido. Eran los “cuadros de Picasso” que del lado de atrás tenían el marco del planograf. Esas matrices eran mucho más resistentes, eran aptas para aumentar la impresión en planograf. (ver reportaje en Ala salto del 80)

Manual clandestino para aprender a hacer crayolas y hectógrafos.



Algunas Imprentas Clandestinas

Burgues y Máximo Gómez, funcionó hasta el año 1975.

Gómez Ruano en el barrio Colón (1976)
Zurich 3407 (Jardines del Hipódromo), 1977-1978
Patria 515 (Punta Carretas) 1981

En Miguel Barreiro 3236 apto. 702 (Pocitos) se instaló a mediados de 1980 una máquina duplicadora de matrices electrónicas, traida desde Buenos Aires vía Colonia; introducida en el país por nuestros compañeros que militaban en Argentina.


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