El texto que está en la página 12 y 13 de la Carta Nº 100 dice lo siguiente: “El NO puesto por la mayoría de la población, mayoría aplastante, al proyecto de continuismo de la dictadura, fue fruto de una movilización de carácter nacional y fue un triunfo de carácter nacional.
Por lo mismo nadie puede pretender monopolizar esta enorme victoria que corresponde a todo el pueblo.
Hay quienes intentan hacerlo. Algunos honestame
nte, otros con un píe de cada lado, que pretenden borrar de un plumazo la realidad, en su temor a reconocer el accionar independiente del pueblo
.
Nadie puede minimizar el papel jugado por los Partidos Tradicionales, incluso hoy cuando se abren condiciones para la acción legal.
Pero si esto es así, mucho menos se puede
ignorar que desde junio del 73 al 30 de noviembre de 1980, hay siete años y medio de combate sin tregua de las organizaciones populares, con centenares de muertos y torturados; de acciones de la clase obrera y los estudiantes, que fueron factor esencial para impedir la consolidación del régimen. Igualmente acerca de las fuerzas del Frente Amplio que hoy expresa su vigencia como polo avanzado de la unidad antidictatorial y pilar de la lucha por una apertura real.
ales se intentó llevar a cabo el fraude. Y si se le cerró el camino, no fue por la santa gracia de la dictadura, sino por el peso del accionar común. Con las asambleas obreras y estudiantiles, con las pintadas y los volantes clandestinos, que no fueron sólo patrimonio de los trabajadores, los estudiantes y el Frente Amplio, sino también medios de lucha
de jóvenes blancos y colorados en las calles y enfrentando la represión.
Por cierto que hubo también pintadas de los aparatos de inteligencia, pero hasta esas sirvieron para mostrar que en la acción común se hacen humo los fantasmas y que el pueblo no se llama a engaños.
Este mismo pueblo que festejó con júbilo la victoria del sandinismo y hoy asume posturas solidarias con el pueblo de El Salvador, recoge con alegría el aporte de los patriotas exilados que miran hacia la patria.
Por más que se pretenda entreverar las cartas dándole al NO forma de conspiración internacional y ribetes de “subversión”.
El triunfo del NO como fruto de la movilización nacional contó con el aporte decisivo de los trabajadores, y, aunque las cifras son un aspecto de la experiencia vivida, conviene ubicar algunas. Por Ej.: el 100% de los trabajadores de la construcción votaron el NO. En la mayoría de las fábricas textiles y metalúrgicas el pronunciamiento fue de 9 a1. En las mesas de votación en las zonas proletarias se registraron los más altos porcentajes por el NO, por ej: La Teja arrojó un 85% y el Cerro un 70%.
Estas cifras sólo reafirman el papel jugado por los trabajadores. No implica desconocer ni minimizar el papel de otras capas y clases sociales, ni mucho menos. Pero ello mismo es reafirmatorio de que el camino es la acción común, la unidad y la
lucha, tal como lo comprendió el pueblo.
Se hace camino al andar. Blancos, colorados y frenteamplistas, ateos y cristianos, civiles y militares patriotas, en esfuerzo conjunto salvarán la patria.”
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