Mundialito; imperdible
documental sobre el 80
por *Joselo Olascuaga
La película de Sebastián Bednarik, Mundialito, cuya avant premier presenciamos el martes 19 en el cine Plaza, es la recuperación de dos victorias que se hallaban perdidas de la memoria registrada de nuestra historia reciente: El plebiscito del 80 y el Mundial de Campeones Mundiales, llamado Mundialito, que se disputó en el estadio Centenario de Montevideo ese año y resultó un festejo en parte soterrado del resultado plebiscitario.
El día de la final del torneo entre brasileños y celestes, el 10 de enero de 1981, los miles de uruguayos que abarrotaron el Centenario, avivados por el triunfo de la selección, explotaron al grito de "Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar", que había sido rechazada con un rotundo NO en el plebiscito y desataron una espontánea manifestación contra la dictadura que continuó en las calles y cuya perspectiva se hizo indetenible.
El film recaba opiniones de los protagonistas de todos los sectores que participaron de aquel momento y va imprimiendo un aguafuerte donde cada personalidad surge con sus tonos propios. La edición le da ritmo al paneo de relatos y a la vez sabe contar la historia concreta de aquel Mundial Copa de Oro, en el marco tan particular en que se dio y que, hasta este rescate, lo había marcado para el olvido o para el soslayo.
Incisivas respuestas del profesor Gerardo Caetano, entrevistado especialmente para la obra, construyen el hilo del relato principal, donde se intercalan los testimonios de una veintena de actores sociales, políticos y deportivo de aquel momento, desde el general Pereira (que habiendo sido uno de los responsables de aquel gobierno fue luego un crítico de profundo análisis de aquellos hechos –sus palabras son acaso las de registro personal más emotivo del film–), hasta el militante clandestino José Pacella, del Partido Comunista de Uruguay, que revela datos hasta hoy desconocidos sobre la situación de la resistencia en aquel momento, pasando por el preso político tupamaro Marcelo Estefanel, quien cuenta, incluso con humor, cómo se vivió desde el penal de Libertad aquellos dos meses que cambiaron la historia reciente del Uruguay y los dirigentes políticos legales en el país Jorge Batlle, Julio Sanguinetti (por el NO, al igual que los registros de archivo de Pons Etxeverry y Enrique Tarigo), Julio Sánchez Padilla (por el SI), el empresario frigorífico devenido en deportivo para la ocasión delMundialito Angelo Bulgaris, los futbolistas Waldemar Victorino (a vuela máquina había puesto Mauricio Victorino, el nombre de su hijo, actual integrante de la selección), Hugo De León, Fernando Álvez, Ruben Paz, Rodolfo Rodríguez, entre otros (con notable sinceridad todos), los periodistas Jorge Crosa, Víctor Hugo Morales y Ricardo Piñeyrúa, con su visión desde el exilio, Juan Shaffer, organizador, y su esposa (así como registros de Washington Cataldi y una muy significativa entrevista a Joao Havelange, presidente de FIFA en ese momento).
En ningún momento la película se vuelve tediosa. Empieza con el himno cantado en el estadio por el público, con los énfasis que se ponían en aquella situación y su impulso épico narrativo no decae ni siquiera cuando el público abandona la sala, pautado por un tratamiento musical en el que juega un rol central el himno de Beto Triunfo, Uruguay te queremos ver campeón, que en determinado momento fue prohibido y la hinchada lo cantó igual.
La ambigüedad de un aquel triunfo que derivó en confuso y minimalista festejo de un plebiscito que había sido, apenas un mes antes, la transformación en victoria de tantísimas derrotas cotidianas, fue ciertamente cuidada por el libreto y la dirección, que en ningún momento pierden el equilibrio entre los distintos elementos constitutivos de la obra y el devenir que acomplejó el recuerdo de aquel torneo.
"Fue una fiesta compensatoria", asegura en el largometraje el presidente José Mujica, que en el momento en el que se disputaba el campeonato estaba preso, en situación de rehén. “Si el gobierno de facto hubiera terminado en ese momento, el pueblo le hubiese hecho un monumento a cada uno de los comandantes en jefe”, dice, por su parte, Sánchez Padilla.
Con "Mundialito" Bednarik no pretende "ni hacer denuncia ni construir opiniones", señaló el cineasta, para añadir que su objetivo era tratar de "dar respuestas a muchas preguntas que aún hoy siguen en el aire".
Entre ellas, cuáles eran los pensamientos de los jugadores uruguayos, qué fue lo que vieron los más de 1.300 periodistas internacionales que cubrieron el evento y qué posición tomaron las autoridades deportivas de la época.
"Cada uno da su visión, recuerda las cosas de distinta manera" y surgen "varias lecturas" de un mismo acontecimiento, explicó Bednarik.
*Joselo Olascuaga fue militante estudiantil por el NO, escribió en la clandestinidad en el Liber Arce; hoy escritor y periodista.
Una historia inventada o imaginada, por quienes nada tuvieron que ver con la organización del evento. Payadores baratos vestidos de sabiondos
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